Si quieres que las personas acepten el tratado que les entregas, no digas «¿Te gustaría uno de estos?». Probablemente digan «¿Qué es eso?» y podrían rechazarlo. En vez de eso, di «¿Ya tienes uno de estos?» Esa pregunta tiene un efecto doble. Produces curiosidad y entonces se lo entregas. Esa frase hace que ellos sientan que se están perdiendo de algo. Y en verdad lo están. – Ray Comfort
Si gusta, mire algunas fotos de nuestra última salida a evangelizar al aire libre (Avenida Central, San José, Costa Rica):
https://plus.google.com/u/0/b/116575589786835290544/photos/116575589786835290544/albums/5792230431060142257
Deseo entrenamiento evangelistico en español.
Ese es el objetivo de este sitio web. Aqui encontrara mucho material de entrenamiento en español. Si tiene dudas, nos puede escribir.
hola. Amado es muy interesante su material y me gustaria q me hicieran llegar su expositores gracias
Yony. Le invito a inscribirse al website. Todo es gratuito.
no hay video dando ejemplo de que se puede decir y ejemplo que se pueden usar para ilustrarle a Dios a la persona no creyente.?
esta mal el link que dejaron 🙁
Ya lo revisó nuevamente? Está bien.
hola les saludo en el nombre del Senor y me gustaria recibir material de evangelismo de ust gracias
Ernesto, le invito a navegar por este sitio web. Mire el menu que le guiara.
Hola!!!
Yo digo: toma, es un regalo. Que Dios te bendiga!!!! El 95 % lo cogen con una sonrisa.
Musicolorista. Decir «Toma, es un regalo» funciona, claro. Me alegra que lo esté haciendo. Sin embargo, decir «Dios te bendiga» es una frase que no puede aplicarse a un inconverso. Dios es su enemigo por sus pecados. No tiene la bendición de Dios, que sólo puede tenerse en Cristo, y además, el inconverso va a tomarlo como un deseo de properidad material.
De hecho, Dios te bendiga es una frase que no se puede decir a un creyente, debido a que Efesios 1.3 dice que Dios ya nos bendijo con toda bendición espiritual (en el momento de la salvación).
Por otro lado, «Dios te bendiga» puede convertirse en una violación del 3er mandamiento donde se hable de Dios sin la reverencia debida, y tomando su nombre como una simple frase. Si mencionamos a Dios, debemos hacerlo son mucho respeto, temor y no en un contexto de un saludo o despedida.