En la primera parte, vimos un poco lo que la Biblia habla de la lujuria. En esta parte, veremos la respuesta para evitarla. Puedes descargar la lección completa en formato PDF aquí: la-lujuria.pdf.
La respuesta a la lujuria: Temer a Dios
“Cada día de nuestras vidas tenemos una elección, pecar o no pecar – esa es la cuestión La respuesta es el temor de Dios. Si no tienes el temor de Dios, pecarás deleitando tu corazón pecaminoso” Ray Comfort
“Justo eres tú, oh Jehová, Y rectos tus juicios.” Salmos 119:137.
Dios es Santo. Dios juzga sobre el pecador y por ello, nosotros debemos temerle. Mira algunos ejemplos donde Dios mató personas por un solo pecado:
- Mató a un hombre por lo que hizo sexualmente (Génesis 38:9-10)
- Mató a un hombre por codiciar (Lucas 12:15-21)
- Mató a un matrimonio por una mentira (Hechos 5:1-10)
- Mató a dos hombres por ofrecer una ofrenda no solicitada (Levítico 10:1-2)
- Mató a un hombre por sostener Su arca para que no cayera al suelo (2 Samuel 6:6-7)
Al ver la santidad de Dios manifestada en sus juicios, el hombre inconverso temerá por su castigo, y es así como decidirá apartarse de sus pecados (Proverbios 16:6). Sin ese temor, toda «técnica para ser santo», fallará.
“Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” Proverbios 16:6
Por otro lado, el cristiano deseará saber cómo evitar caer en ese pecado. Lo primero, es cuidar los ojos.
“Si tienes un deseo por salvar a los perdidos, ten certeza de que serás atacado por el enemigo. Entonces, ten cuidado con lo que miras. Mucho del entretenimiento del mundo está diseñado para producirte lujuria, y es fácil pues tenemos ese deseo en nuestro corazón de pecado. Como Job, haz un pacto con tus ojos de no codiciar ninguna mujer (Job 31:1).” Ray Comfort
“Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?” Job 31:1
Evita estar ocioso, pues si le das rienda suelta a tu mente, esta te llevará al pecado. Una manera de evitar esto es llenar tu mente de la Biblia y aplicarla para el Señor. Es decir, aprende versículos, piensa en ellos, sal a testificar con frecuencia y busca maneras de aplicar los versículos para explicarlos a otros. Si tu mente está llena de la Biblia, entonces estarás listo para luchar contra la Lujuria. Recuerda el ejemplo de Cristo, cuando fue enfrentado por la codicia de esta vida:
“5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra.
6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
7 Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos.
8 Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.” Lucas 4:5-8
Entonces, si temes a Dios y llenas tu mente de la Biblia, puedes alejarte lo más que puedas de ese pecado. Ni siquiera codicies la hermosura de ninguna mujer que no sea su esposa. Y si eres soltero, entonces no mires para codiciar la hermosura de ninguna mujer.
“No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos;” Proverbios 6:25
Acciones como cuidar los ojos, aprender la Biblia y evitar pensamientos de lujuria son necesarias, pero inefectivas si la persona no teme a Dios. Por esto, el inconverso y el cristiano necesitan tener un buen conocimiento de sus pecados (Romanos 3:19-20).
Al evangelizar, podemos y debemos usar el tema de la lujuria para dar conocimiento de pecado a las personas (Romanos 3:19-20). Aunque tú mismo luches con ese pecado, usa el tema, pues les ayudará a ellos para que teman a Dios y a ti le mantendrá enfocado para evitarlo.
Es importante que uses el tema con el fin adecuado: quieres que las personas teman a Dios porque si temen a Dios entonces querrán dejar sus pecados. Sólo así se arrepentirán para salvarse (Proverbios 16:6).
A menos de que una persona tema a la ira venidera, no querrá soltar los pecados que ama. Entonces, explica que Dios juzgará a los hombres por la lujuria con que se divierten. Dios tomará en cuenta cada pensamiento, palabra y acción.
En la tercera parte, veremos ejemplos de conversaciones para explicar la lujuria a un inconverso.