La siguiente es la respuesta que nuestro hermano Salem Waldrom le da a un hermano que indica que quiere hablar de Cristo pero le da temor, y a las personas en su iglesia también:
Estimado David y grupo de evangelismo en El Salvador:
Le motivamos a que siga dejándose usar por Dios y esto, en cuanto a la misión de vida (la de evangelizar para ser discípulos), también.
Debido a que el mensaje que el cristiano lleva es uno contrario al mundo, es de esperarse que la parte adámica del cristiano (el viejo hombre) vaya sentir temor o tener inquietudes en cosas como ¿qué dirán?, ¿me entenderán?, ¿y si me hacen una pregunta difícil que yo no sepa?, etc., etc. Pero, lo que necesitamos entender es que el poder no está en el sembrador, sino en la semilla, y así, cuando venga el temor, debemos recordar que el evangelio no se trata de Ud.; se trata del plan redentor de Dios para el hombre; somos simplemente embajadores, en otras palabras. Así como Lázaro, la gente necesita oír la voz del maestro para resucitar. No es nuestra batalla.
Con lo anterior en mente, te recuerdo de los tres aliados que tiene un cristiano cuando está evangelizando:
- El Espíritu Santo
- La ley
- La conciencia de la persona.
Jn. 16:7-8 dice que es el Espíritu Santo quien convencerá de pecado, justicia y juicio, y la materia prima que usa el Espíritu Santo es la Biblia (Jn. 16:13-14 y He. 4:12); no depende, entonces, de la capacidad humana del sembrador. Por último, cuando Ud. evangeliza y lo hace como Dios nos enseña en Su Palabra (la ley para el soberbio y la gracia para el humilde), la conciencia del hombre será un testigo fiel de que la Ley de Dios (ver Ro. 2:14-15) es innegable y tan certera que cuando se expone, deja a toda boca soberbia enmudecida (ver Ro. 3:19-20).
Ray Comfort una vez se refirió a esto del temor diciendo, «El coraje no es la ausencia del temor, sino conquistarlo. Si un héroe no tuviera un temor por superar, entonces su hecho de coraje no sería verdaderamente un hecho de coraje» y esto es cierto; vea lo que entendió y dijo Pablo del trato de Dios en su vida:
«Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.» (2 Co. 12:9-10)
Cuando venga el temor, prefiera refugiarse en la gracia y predique, predique, predique; no hay manera cómo fallar.
Le insto/motivo a que estudie con Biblia en mano y con su grupo de evangelismo el contenido expuesto en la siguiente dirección:
http://www.evangelismobiblico.com/manual-de-evangelismo/
Saludos desde Costa Rica!–
Atentamente, Salem Waldron