Si Ud. tiene dudas de si realmente es salvo, esperamos que este artículo le ayude a examinarse y a salir de la duda.
¿Porqué es necesario el arrepentimiento?
Dios sólo dará el perdón y la redención a una persona humilde, que baja la cabeza reconociendo lo mala que es ante Dios que es Bueno. Dios nos dice que El dará su gracia (la salvación) a los humildes (Santiago 4.6). Cristo ya murió por los pecados de todos los hombres, pero Dios decidió dar la salvación sólo a aquellos con un corazón arrepentido (Romanos 2.5).
¿Qué es el arrepentimiento?
«El arrepentimiento para salvación» (2 Corintios 7.10) consiste en un cambio de actitud donde una persona se somete al señorío de Jesucristo. No es decir una oración o asentir a algún conocimiento teórico, sino pasar de tener un corazón no arrepentido (que ama su pecado y quiere seguir en él) a un corazón arrepentido (que quiere dejar el pecado que ama). El arrepentimiento no implica perfección, sino un cambio de dirección. La Biblia lo llama la «conversión».
Por ejemplo, Pablo le recuerda a los cristianos de la iglesia de la ciudad de Tesalónica de cómo ellos se convirtieron diciendo «cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero» (1 Tesalonicenses 1.9).
En la conversión uno deja los ídolos (su pecado) y los deja para servir a Dios. Es un cambio de dirección que luego da frutos. La conversión no es la salvación. Dios es quien salva, pero El requiere la conversión de parte del pecador para salvarlo. Es así de sencillo, si una persona se humilla ante Dios, entonces Dios la salva. La salvación es por gracia (Efesios 2.8-9), pero la conversión es una decisión que debe tomar la persona.
Lo siguiente le puede guiar para comprender y examinarse si ha vivido un arrepentimiento para salvación, o no. Usaremos Proverbios 28.13 para ver la definición de arrepentimiento: «confesar los pecados y apartarse de ellos». El que confiesa sus pecados y se aparta de ellos alcanza misericordia (la salvación). Dios manda al hombre arrepentirse (Hechos 17.30-31). El arrepentimiento es una decisión del pecador, no de Dios.
1. Confesar los pecados – Piense en sus pecados, ¡cuánto ha ofendido a su Hacedor! Use la ley moral para recordar de los pensamientos, palabras y acciones que ha hecho que sabe que son maldad.
- ¿Cuántas mentiras ha dicho?
- ¿Cuántas veces ha deshonrado a sus padres con su desobediencia?
- ¿Cuántas veces ha tomado algo de otra persona? Esto incluye copiar en un examen, o robar algo de poco valor económico.
- ¿Cuántos pensamientos de lujuria u odio ha dado cabida en su mente?
- ¿Cuántas veces ha codiciado lo que otras personas tienen? ¿Su auto, su cónyuge, su éxito, su fama?
Cada pensamiento, palabra o acción mala en su vida ha sido vista por Dios. Lo ha ofendido personalmente y El no lo olvida (Nahum 1:3). Es más, El está airado contra el impío todos los días (Salmos 7.11). Ud. debe reconocer que es un impío. La ira de Dios es una justa indignación por un crimen cometido.
2. Apartarse de ellos – Decida no hacerlo más. Si su pecado es la idolatría, decida dejar de confiar en ese ídolo (por ejemplo, deje de adorar a la virgen María de la religión católica, o deje de confiar en sus buenas obras para su salvación.). Se trata de que ud. cambie de opinión respecto a su pecado. Decida no caminar más en esa dirección. Luego dará frutos en un cambio de comportamiento, pero Dios lo que le pide es humildad, no perfección.
¿Qué siente alguien que se arrepiente?
– Una tristeza que viene de Dios (2 Corintios 7:21): Cuando la ley hace que comprendamos cuán culpables somos ante Dios, el alma de la persona sufre un cambio. Ya no está cegada por este mundo, sino que ahora entiende su peligro. Ya no carece de entendimiento, pues ya tiene conocimiento de pecado (Romanos 3.11; 3.19-20). El resultado es que Dios le da al pecador una tristeza que viene de El. Esa tristeza lo guía al arrepentimiento. Sin embargo, Dios no produce el arrepentimiento en la persona. Dios manda a la persona misma a arrepentirse (Hechos 17.30-31). Es sencillo, una persona con corazón arrepentido es sumisa al Señor.
– Temor de Dios y de su castigo (Proverbios 16:6): Quizá le han hablado de un dios al que no hay que tener miedo, pero la Biblia dice lo contrario. Dios nos manda que le temamos. Jesús dijo que no debe temer a alguien que quiera asesinarlo, pero sí a Dios quien tiene el poder de echarlo al fuego por toda la eternidad (Mateo 10:28). Este temor es esencial pues es el principio de la sabiduría (Proverbios 1.7), y lo primero que se debe hacer es arrepentirse.
¿Qué sucede luego de que una persona ya se ha arrepentido?
– No persevera en el pecado, sino que quiere dejarlo y se esfuerza – Romanos 6:1
– Quisiera no pecar (Romanos 7:24): Siente tristeza porque el pecado está en sus miembros, y entonces le encantaría tener un cuerpo que no lo lleve continuamente a pecar. Esto no es una excusa para vivir en el pecado, sino que su crecimiento en la fe lo hace ver cada vez más cuánta maldad hay en él. El apóstol Pablo se decía al respecto «Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?».
¿Soy salvo o no?
Hay ciertas pruebas o evidencias que acompañan la salvación. Este estudio/prédica le ayudará a examinarse si está en la fe o no: Pruebas de la Salvación.
El arrepentimiento es un evento de una sola vez (no necesariamente un día, sino un tiempo en donde la persona se da cuenta de su condición y responde a Dios), pero también es algo que el cristiano vive a diario pues quiere que su vida sea limpia. La ley escrita en su corazón (Romanos 2.5) le guía día a a día hacia Cristo para recordar El fue el pago por todos sus pecados. Esta apreciación de la cruz produce agradecimiento. El agradecimiento es el motor para el evangelismo: para llevar el evangelio a otras personas.
¿Tiene un pecado que no quiere dejar?
Si ud. sabe que hay un pecado que no ha querido dejar, uno que atesora y que planea realizar «aunque sienta remordimiento después», es posible que aun no se haya convertido a Cristo, y que Cristo aun no lo haya salvado. ¡Cuidado! No hay nada más importante que su destino eterno, y si muere en sus pecados, no habrá otra oportunidad (Hebresos 9:27)
Le podemos recomendar que piense en su pecado. Si no ha tenido un arrepentimiento genuino, ruegue a Dios que lo salve. Crea que Dios quiere salvarlo de Si mismo, y se hizo carne para hacer una manera de salvarle (Juan 3:16-36). Ud. mismo no puede salvarse a sí mismo. Huya de la ira venidera, huya a Cristo. Cristo murió y pagó por sus pecados, pero aplicará el pago legal sólo si ve la humildad en Ud. (Santiago 4.6). Ud. va a un juicio donde se pide un precio por sus crímenes, y sólo Cristo tiene la sangre para que Ud. pueda salir libre del mismo.
La seguridad de su salvación sólo viene de Dios (Romanos 8:16). Si ud está seguro, entonces crezca en su conocimiento biblico, y allí Dios fortalecerá su fe. Le recomendamos iniciar con el curso «Esta seguro?» (http://www.iglesia-del-este.
¿Tiene más dudas? Escríbanos. Por favor, evite contactarnos si quiere iniciar una discusión. Queremos enfocarnos en atender consultas de las personas que con humildad desean aclarar su comprensión del evangelio.
Bendiciones, gracias y adelante. Saludo a los hermanos.
Excelente articulo ya que nos ayuda a entender mejor la ley de dios bendiciones